Bajo la sombra de tu talento, alza tu voz
Estar bajo un cielo inmenso acompañadas de grandes montañas, en la mayoría de los casos, nos puede hacer sentir diminutas, insignificantes, vulnerables y poco capaces de poder alzar la voz. Tu voz.
Esa voz que retumba bajo la orden de un rebaño.
El rebaño puede ser nuestra voz interna y, a la vez, ese conjunto de agentes que nos indican como una flecha reflectante, cómo y donde tenemos que ir.
- Qué costumbre tenemos de hacer lo que nos dice el resto.
- Qué costumbre tienes de cubrirte las espaldas y no decir aquello que se te pasó por la cabeza. Sí, la prudencia es un valor pero si te juega en contra, ¿qué valor tiene?.
- Qué costumbre tienes en guardarte para ti y tu habitación aquellos objetivos de vida.
- Qué costumbre tienes en no desear en alto aquel trabajo que quieres.
- Qué costumbre tienes en no decir abiertamente lo bien que haces determinada función, oficio o hobbie.
- Qué costumbre se tiene en no decir realmente qué se sabe hacer bien laboralmente.
- Qué costumbre se tiene en no remarcar las cualidades que te definen.
- Qué costumbre se tiene en no lanzar al mundo nuestros aciertos, logros y, por que no, nuestros errores.
Ves?… estamos hechas de costumbres, de condicionamientos, de mensajes que resuenan en la cabeza diciendo:
Y claro, es mejor pasar desapercibida.
El estar bajo esta olla a presión, no es sólo tu responsabilidad. Estamos inmersas en un entorno donde tenemos que quedar bien, hacer las cosas bien, no equivocarnos, no decir que tenemos días malos, que no nos han llamado para el trabajo que vimos por aquel portal de empleo….
…. Estamos agarrotadas.
Yo lo estuve y sí, en varias situaciones aún lo sigo estando pero voy abriendo zanjas para que mis pensamientos cada vez sean más libres, pero no es fácil. No, no lo es.
Recuerdo que cuando tomé la decisión de dejar la empresa de moda para la cual trabajaba hace unos años, muchas personas me comentaban, sin mi permiso, si estaba segura, que muchas querrían estar en mi lugar, que no podía estar dejando trabajos y que ya me tenía que estabilizar!.
Sabes?. Hoy en día he aprendido a decir qué quiero y qué no quiero. Hoy en día aunque me sigue costando como a tí, he aprendido a decir qué hago bien laboralmente (porque para destacar hace falta toda la vida de aprendizaje), en cómo puedo ayudar a una persona profesionalmente o cómo puedo colaborar en temas de desarrollo profesional y empleabilidad.
Lo aprendí a base de quedarme con los pensamientos y deseos por dentro. Lo aprendí a base de perder oportunidades. Lo aprendí cuando reconocí que tenía que quitarme mochilas laborales. Lo aprendí a los 38 años y en pleno desempleo. Lo aprendí porque no quería esperar más tiempo a que me etiquetaran y decidieran por mí. Lo aprendí a base de decirlo y decirlo con miedo. Lo aprendí enfrentándome cada día a mis inseguridades personales y profesionales… Pero lo aprendí y aún me quedan muchas cosas por destapar, como a muchas de nosotras.
Aprendemos a sacarnos las máscaras y cerrar paso a los dictámenes de los demás para dar paso a lo que nosotras somos como esencia y, sobre todo, a dar luz a nuestro talento.
Sí, el camino no es fácil pero se aprende a base de querer estar bien con una misma y con lo que se quiere hacer.
Deja de sufrir (si lo sientes) por seguir a un rebaño. Observa y toma nota de aquellas personas que te inspiran, te ayudan a ser mejor y te dejan su huella en positivo. Tómalas como ejemplo. Tu eres tú y yo soy yo. No somos iguales. Deja el rebaño si no te hace bien.
Sal del rebaño. Sal de lo que se nos dicta todos los días y deja de compararte con la persona que tienes al lado, con tu amiga, jef@, compañer@, hermana…
Alza tu voz para dar a conocer tu talento.
Alza tu voz para que ese talento que tienes dentro no muera en ti. Alza tu voz porque necesitamos ser diferentes al resto, no somos iguales. No eres igual.
Si eres la “rara” por decirlo y además, haces lo que dices… date por satisfecha. Pero sé rara por decir en alto lo que eres.
Son pocas las personas que alzan su voz. Salen del rebaño, salen del cortijo y salen de los montes llanos para dar color y luz a sus vidas.
No vivas lo que te dicen. Vive lo que te dices a ti, con miedo pero vívelo. Elige el empleo que deseas, pero si para llegar a él necesitas tener otras actividades hazlo y no te desvíes por mucho tiempo de tu camino.
Respétate como a nadie. Sé convincente con tus pensamientos y deseos.
Alza tu voz pero si me dejas decirte algo, hazlo con sinceridad y cariño dejando de lado egos inútiles que nos abundan. Hazlo con determinación y con alegría porque como siempre digo, si nosotras no contamos nuestra historia de vida y laboral con pasión, cariño y una sonrisa que nace del alma, nadie la contará por ti.
Que esta olla a presión del mundo no te gane la batalla, porque de ser así tu serás otra y no serás esencia. Serás igual que el resto. Bailarás igual que el resto. Harás lo que el resto hace y no estamos aquí para esto, estamos para escribir y hacer nuestra propia historia, con nuestra propia letra y música.
Grace Salazar
Recruiter – Desarrollo y Orientación Profesional
Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.
Deja una respuesta