Hoy vengo a compartir contigo el querer caminar juntos…de la mano. Y el caminar juntos me lleva a contarte que estoy en la última etapa de mi formación como Coach, porque a través de los dos procesos de Coaching por los que pasé en diferentes momentos, aprendí a ver múltiples caminos para llegar a un objetivo.

Sí, como lo lees… este titular es una fiel realidad que vive mucha gente, con lo cual nada nuevo te estoy contando. Este titular es reflejo de un mercado laboral, low cost, que aún no termina de progresar y no lo hace porque se solicita trabajar por encima de las cuarenta horas por poco más de quinientos euros mensuales.

¿Cómo puede ser posible que se solicite determinada formación y algunos años de experiencia en una jornada de más de cuarenta horas a la semana por un sueldo realmente irrisorio?, o ¿cómo puede ser posible que un entrevistador ponga al límite al candidato incluso, haciéndole sentir mal?. Y cuando digo mal, me refiero a generar en la persona entrevistada inquietud, no dejándole hablar ni argumentar y juzgando su forma de expresar y pensar. A esto llamo procesos de selección y ofertas que pinchan (por no llamarlas garrapatas). No es la generalidad pero existen y este abuso es porque hay una falta de ética, valores y empatía con el candidato.

Quizás pienses que lo que voy a exponer aquí, es algo totalmente nuevo. Sin embargo, el concepto híbrido no es tan reciente, ya que desde hace muchos años estamos viviendo un proceso de cambio a nivel de sociedad, organizaciones e individuos y esto hace que confluyan una serie de situaciones y demandas para dar salida a otras.

“Hay miedos que ayudan y miedos que entorpecen nuestros caminos. El reto consiste en ser capaces de hacer lo que queremos hacer aún con miedo. Se trata de ponerlo a un lado, de hacerlo pequeño, de aceptar su presencia, porque así es como desaparece, en lugar de luchar contra él y querer eliminarlo a toda costa” .